51. Chèn - La Conmoción


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Línea 1
Después de la tormenta viene la calma
Albert Einstein solía decir que no podemos resolver los problemas usando el mismo tipo de pensamiento que usamos cuando creamos los problema: no puedes esperarte resultados diferentes y haces siempr elo mismo, tenemos que cambiar, de lo contrario el problema permanece y se estanca, nos quedamos dormidos en ese lodo. Los I ching nos dicen que siempre llega un relámpago, un evento que nos estremece, al principio siempre nos asustamos pero luego si aceptamos el clímax nos relajamos. El tamaño de un árbol a lo largo de los años se calcula a partir de los anillos internos trazados en el tronco, igualmente el alma, su tamaño se evalúa por los golpes que ha sufrido, las sacudidas, los motivos de despertar (iluminaciones) son momentos pero quedan impresos a lo largo de la vida.

Línea 2
Cuando los rayos son demasiado peligrosos, lo mejor es intentar escapar. El Ching en la segunda línea nos aconseja no movernos, si es posible quedarnos en casa, pues la casa significa el alma, nuestra interioridad, mientras que la tormenta son los problemas, finalmente el relámpago las críticas y los chismes: Cuantos problemas evitaríamos si simplemente supiéramos evitar y refugiarnos en la prudencia y el silencio. La mayoría de las veces nuestros problemas de relación empeoran debido al miedo con el que actuamos en consecuencia. La ansiedad es un amplificador, siempre veo lo peor, magnifica los problemas, los ve màs grandes de lo que realmente son.

Línea 3
En la tercera línea el Ching nos invita a observar el comportamiento del niño en la tormenta, sí ciertamente tiene miedo, el rayo lo asusta, lo paraliza, pero busca el abrazo del adulto (su refugio es la confianza); nuestro niño interior debe hacer lo mismo, encontrar consuelo en su certeza interior, luego tener confianza en sí mismo, mientras buscamos la comparación con los demás nos ponemos en medio de la tormenta. De nada sirve un refugio si tenemos miedo dentro de nosotros, es esto lo que empeora cualquier situación, es esto lo que nos hace ver fantasmas que no están en la oscuridad y nos hace permanecer en la oscuridad incluso cuando estamos en luz. Toma al niño de la mano, acompáñalo en la oscuridad de tu corazón y muéstrale que no hay fantasmas ahí dentro, estàn solo en su imaginación.


Línea 4
No es cierto que todo te duela, es que todo lo ves a través de tu única herida. Muchos se quejan de que se cayeron a un pozo, eso no es verdad, la vida es esto: nacimos en un pozo, la finalidad es subir, salir. Los ching de hoy nos dicen que muchas veces nos quejamos porque no avanzamos sin darnos cuenta que estamos con los pies atados en el lodo de nuestras pusilanimidades, todas esas cositas con las que hemos construido una torre de seguridad que luego al final son insignificantes y en lugar de protegernos nos encierran en la misma torre (la torre del trabajo, de las amistades fingidas, de las relaciones tóxicas, de la fe inconsciente nunca vivida... Son todo barro). Como decía Boris Pasternak "No me gusta la gente que nunca se ha caído ni tropezado. Su virtud es sin vida y tiene poco valor. La vida no les ha revelado su belleza" esa belleza que brota del después barro.

Linea 5
Si la tormenta no se calma, quédate en casa, busca refugio, encuentra la seguridad. A menudo en la vida nos suceden siempre los mismos problemas (relámpagos), ocurren continuamente, significa que hay una tormenta dentro de nosotros, que tenemos que cambiar de rumbo internamente, pero debe resolverse en una conciencia interna, de lo contrario corremos el riesgo de pelear siempre con las mismas personas por los mismos motivos, con los mismos problemas, en las mismas circunstancias. No puedes esperar resultados diferentes si siempre actúas de la misma manera, las cosas no cambian si tú no cambias. La meditación interior es para esto: para ver que es nuestra forma de actuar la que no es la adecuada para estas circunstancias.

línea 6
No son nuestros enemigos los que nos asustan, sino nuestras debilidades.
Hoy I Ching nos presentan la acción infantil de alguien asustado por un rayo, como un perrito, que cree que escondiéndose debajo de la cama puede encontrar un refugio seguro. No hace más que, como el avestruz, esconde la cabeza para no ver que todo el cuerpo es un blanco seguro. Cerrar los ojos no resuelve nuestros problemas, escondernos tras las cortinas de las excusas, bajo el lecho de la indiferencia, son estrategias a las que recurrimos muchas veces para no ver que el problema somos nosotros. Los obstáculos son esas cosas aterradoras que ves cuando quitas la vista de la meta. Hay más cosas que nos asustan que las que realmente nos amenazan, y muchas veces sufrimos más por nuestros miedos que por la realidad.
Siéntate, mantén la calma, espera a que el agua turbulenta se aquiete y puedas ver con calma los reflejos de los problemas que ocasionan en el fondo del lago del corazón nuestras tormentas. 

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