Línea 1
El primer paso es la agitación, quieres mucho pero das poco, buscas confianza pero no confías. Como dijo Buda: "Es tu resistencia a 'lo que es' lo que causa tu sufrimiento". Quieres que todo te llegue pero no te mueves, no te encuentras con el Todo. La verdadera atracción es mutua. Nuestra desconfianza justifica el engaño de los demás. Dicen que confiar es bueno no confiar es mejor, pero si confías no te equivocas aunque te traicionen porque te has mantenido fiel a ti mismo, de hecho has descubierto de quién alejarte y en quien confiar.
Línea 2
Como dice el dicho "dale un dedo y te coge la mano", en el I Ching la imagen es diferente primero metes el dedo gordo del pie en el agua, te gusta y luego hundes toda la pantorrilla. Es el poder del placer, de la atracción, le das más espacio al placer que a la reflexión, te entregas al instinto y no escuchas la intuición, es nuestra naturaleza inmadura, cuando solo confiamos en nuestro lado animal, el instinto bruto. I ching advierte que no hay armonía: quieres ir al fondo pero no eres profundo por lo que te hundes.
Línea 3
Un proverbio italiano dice "Tanto va el gato a la manteca que deja una pata". La expresión significa que cualquiera que (repetidamente) realiza una acción que quiere mantener oculta, al final se arriesga a dejar un rastro claro. "En la primera línea puso el dedo gordo del pie, luego las pantorrillas, aquí el I Ching nos dice que él ha puesto ya todo el muslo, la pierna metió la pata en la trampa. En la atracción muchas veces no queremos aceptar que nos gusta algo, que lo queremos e incluso lo deseamos, pero cuando se presenta la oportunidad adecuada (que muchas veces es la oculta ) caemos con toda el alma y lo más crítico es que pensamos que nadie lo ve, pero muchas veces somos solo nosotros los que no lo vemos.
Línea 4
“Solo tengo tres cosas que enseñar: sencillez, paciencia, compasión. Estos tres son tus mayores tesoros”, Lao Tse. Si vivimos en el centro de nuestra esencia irradiaremos estas 3 fuerzas de atracción que cambiarán nuestro mundo que nos rodea: la sencillez fruto de saber apreciar las cosas más pequeñas, la paciencia el fruto de haber aprendido a dejarse llevar por el fluir de la naturaleza y finalmente la compasión que es el resultado de haber comprendido tus propios límites entonces sabes comprender las limitaciones de los demás.
En esta línea del I Ching hay un llamado a hacernos amables en el espíritu y no sólo con lo físico y la materia. Ser amables en el espíritu es una bondad (amable = digno de ser amado), es un deber ético cuyo valor el mundo de hoy ha olvidado, no es la vanidad física, sino la bondad del alma que se da a los demás.
Línea 5
Renunciar a una antigua atracción, amistad, vicio, relación, ideología... es necesario si esto pone en riesgo tus principios, no puedes cambiar tu interior honesto por el placer de sentirte exteriormente a gusto en compañía de los demás, sin arrepentimientos dejando atrás el pasado importante tal como era, cuando una atracción se vuelve dañina, debe ser cortada, eliminada, abandonada. Con un tiempo los recuerdos tocarán a la puerta del corazón, es el residuo de lo que ha sido bueno y bueno lo que debes apreciar, pero no abras, tarde o temprano dejarán de tocar si te mantienes firme o te sientas en tu principios
Línea 6
La atracción de la palabra, última línea del I Ching, nos dice cómo las palabras están cargadas de energía, pero no convencen si no van acompañadas de acciones; eres como un vendedor de frutas en la plaza, puedes actuar, cantar, tener una buena charla, pero si las frutas están podridas y con mal aspecto, nadie las tomará. Lo mismo ocurre con nuestras acciones que hablan más fuerte que nuestras palabras. Por eso es agradable escuchar al hombre honesto y bueno, sus palabras tienen sabor.
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